domingo, 23 de noviembre de 2008
Poesía de José Luis González Cáceres (asperger). Su visión sobre...
EL MAESTRO
Como dos mitades de un todo incompleto.
Ruidos de alboroto.
Pasos que se acercan.
La puerta del aula se abre,
…y se cierra.
Un día más,
ha tenido lugar el encuentro.
La tendencia a crecer de los alumnos,
con las ganas de enseñar de su maestro.
Sobre una tarima extraída del tiempo,
el ánimo abierto a expandir ideas,
y su afición profesional latiendo,
en un ambiente que se colorea rojizo…,
se sitúa la figura del maestro.
En un equilibrio de necesidades,
de formas, de expectación, de respeto,
en el vértice neurálgico de las miradas,
destino de elogios, de esperanzas y de miedos,
exhibiendo una sonrisa de comprensión y acogida…
se sitúa la figura del maestro.
Ave Fénix del cansancio y de la angustia,
obligada síntesis de lo complejo,
agua salada que cauteriza heridas,
transmisor de teorías y conceptos,
eje vertebrador de filosofías de vida,
agitador de almas, conservador de cuerpos.
Responsable de futuros responsables.
Esa es la figura del maestro.
Como dos mitades de un todo incompleto.
Ruidos de alboroto.
Pasos que se acercan.
La puerta del aula se abre,
…y se cierra.
Un día más,
ha tenido lugar el encuentro.
La tendencia a crecer de los alumnos,
con las ganas de enseñar de su maestro.
Sobre una tarima extraída del tiempo,
el ánimo abierto a expandir ideas,
y su afición profesional latiendo,
en un ambiente que se colorea rojizo…,
se sitúa la figura del maestro.
En un equilibrio de necesidades,
de formas, de expectación, de respeto,
en el vértice neurálgico de las miradas,
destino de elogios, de esperanzas y de miedos,
exhibiendo una sonrisa de comprensión y acogida…
se sitúa la figura del maestro.
Ave Fénix del cansancio y de la angustia,
obligada síntesis de lo complejo,
agua salada que cauteriza heridas,
transmisor de teorías y conceptos,
eje vertebrador de filosofías de vida,
agitador de almas, conservador de cuerpos.
Responsable de futuros responsables.
Esa es la figura del maestro.