• Dificultad y falta de destreza a la hora de “manejárselas” con sus iguales.
• Dificultad para percibir las sutilezas y las demandas implícitas en las situaciones sociales(cada vez más sofisticadas).
• Dificultad para interpretar las normas de un modo flexible y dinámico: el niño con SA se aferrará a las normas y al deseo de invarianza (dando muestras continuas de inflexibilidad y de poca adecuación a los cambios imprevistos).
• Dificultad para comprender muchos de los estados internos de las personas que le rodean (produciendo en los demás la sensación de una intensa falta de empatía).
• Dificultad para moverse con movimientos ágiles, coordinados y precisos (pareciendo un pésimo compañero de juegos).
• Dificultad para tomar la iniciativa en las interacciones con sus iguales (produciendo la imagen de cierta pasividad y desinterés).
• Dificultad para compartir sentimientos eminentemente sociales: competitividad, rivalidad, o triunfo (lo que le hará parecer, ante los ojos de los otros niños, como un compañero de juegos “aburrido” y poco interesante).
• Frecuentes problemas de conducta tanto en casa como en la escuela (siendo características las rabietas desproporcionadas).
• Juegos e intereses limitados y poco afines a los juegos e intereses de sus compañeros.
• Empleo de un vocabulario extremadamente pedante (desconcertando tanto a niños como a adultos).
• Preguntas repetitivas.
• Hipersensibilidad a algunos estímulos (que pueden llegar a limitar o complicar
significativamente sus actividades de la vida diaria).
• Trastornos de la alimentación derivados de la restricción de muchos alimentos.
• Trastornos del sueño.
• Intolerancia con los hermanos (a los que someten a instrucciones y prohibiciones
frecuentes. Por ej. : “No entres en mi cuarto”).
b) Cualidades y aspectos positivos en la etapa de Primaria
• Intenso afán de conocimiento. Gran motivación por recopilar información (u objetos) que versan sobre sus intereses particulares.
• Excelente memoria para recordar la información que les interesa.
• Gran capacidad para mantener la atención sobre un centro de interés.
• Hiperlexia (en algunos casos), precocidad en la adquisición de la lectura (entre otras).
• Sobresaliente destreza y/o conocimiento en alguna parcela concreta.
c) Necesidades en la etapa de Primaria
A menudo esta etapa plantea grandes retos en la educación de los niños. Los conflictos con compañeros, las conductas inapropiadas en el aula y los estallidos emocionales pueden requerir de la intervención flexible de personal especializado que asesore al profesorado, personal de apoyo tanto en el aula como fuera de ella, de colaboración del resto del profesorado del centro y de reuniones frecuentes para
trabajar en equipo. Es necesario que exista una estrecha colaboración y comunicación entre las distintas personas implicadas en la educación del niño con Síndrome de Asperger.
• Los niños con Síndrome de Asperger son “diferentes”, inocentes y solitarios. Todo ello les convierte en el blanco perfecto de bromas y burlas por parte de sus compañeros. Estas situaciones de “abuso” ocurren sobre todo en los tiempos sin organización (recreo, comedor y de camino a casa). Es necesario prevenir estas situaciones mediante un apoyo y vigilancia programada y flexible.
• Preparar al niño anticipándole los cambios de rutina.
• En este periodo el tutor es la persona más importante en la evolución del niño en el colegio. Crear un clima de afecto y comprensión y potenciar una relación positiva entre el tutor y el niño son dos claves fundamentales para facilitar la adaptación e integración del niño en el entorno escolar.
• Proporcionar apoyos extras y adaptar la programación de actividades extraescolares para que puedan ser realizadas por los niños con Síndrome de Asperger.
• Fomentar la participación activa en el aula, aprovechando sus intereses y resaltando sus capacidades para que el niño se sienta valorado.
• Muchos de estos niños presentan dificultades atencionales. Para evitar que el déficit atencional interfiera en sus procesos de aprendizaje es importante adaptar el entorno del aula, disminuyendo en la medida de lo posible los estímulos distractores (por ejemplo, colocar al niño lejos de las ventanas, puertas o lugares
de paso, situar su pupitre cerca del profesor y, a ser posible, al lado de niños tranquilos y afines a él).
• Emplear apoyos visuales para organizar su jornada escolar (agendas), para motivar la comunicación con la familia (“cuaderno viajero”, de ida y vuelta del colegio a casa), para anticiparles posibles cambios en la jornada escolar y para guiar sus comportamientos (cuadernos de normas de conducta para situaciones específicas).
• Vivir en un ambiente estructurado y predecible.
• Enseñar de una manera explícita lo que en muchos casos no requiere una enseñanza formal (estados mentales, normas de cortesía…). No dar nada por supuesto.
• Garantizar el éxito en las interacciones sociales con iguales, empleando para ello la figura mediadora de un adulto y diseñando programas específicos de habilidades sociales tanto dentro del aula como en los tiempos de recreo.
• Adaptar los objetivos curriculares (si fuese preciso).
• Diseñar situaciones de enseñanza-aprendizaje en entornos naturales. Siempre que sea posible, es aconsejable que el apoyo individual del profesor de educación especial, se lleve a cabo dentro del aula.